2 de agosto de 2013

huir

¿Quién no ha pensado alguna vez en hacer la maleta y desaparecer? ¿A cuántos no se nos ha pasado por la cabeza marcharnos lejos y dejar, tal vez, una nota con la posdata "No me busquéis"? Pero de momento, la única manera de realizar este sueño es escribiendo, relatando, leyendo... café en mano, para estar despejada en el momento indicado para calzarse las botas y salir corriendo. 
Algunos meses atrás cometí el gran error de dejar de escribir. Sí, ¡qué locura! Dejé de limpiarme por dentro, de compartir e incluso empecé a ignorar lo que sentía realmente, como si hubiera dejado de importarme a mí misma. Cuando me di cuenta de lo saturada que estaba, estallé... haciendo pedazos todo lo que había a mi alrededor. Daños colaterales, me gustaría pensar. 
Al verme cubierta de polvo entre las ruinas que había sido mi vida comprendí cuán importante es tener una válvula de escape, crear en cualquiera de sus dimensiones. A pesar de que escribo para mí - para mi salud mental, concretamente -, también me gusta e incluso necesito, en cierto modo, que alguien me lea y me haga una señal desde la lejanía: Estoy aquí y sé por lo que pasas, ¡sigue adelante!  Pero parece que esa señal jamás llega, ¿la habré enterrado también con los despojos de mi vida?
Así que después de tanto tiempo, vuelvo a publicar, a tener un pequeño rincón en la net donde contar mis cosas sin miedo a ser juzgada o interrogada después. Y, no sé si mi destino está lejos o cerca, pero ya he empezado mi viaje y esta será mi maleta.


No hay comentarios:

Publicar un comentario