11 de agosto de 2013

dañados?

Algo late bajo la ropa, quién sabe si corazón o miembro inferior.
Algo que nos impulsa, hace que nos retorzamos de dolor o gritemos de placer.

Amamos el sexo y nos hacemos el amor sin tocarnos.
Nos dañamos, pero no sabríamos vivir sin esa astilla clavada en la memoria
y que nos recuerda que, en algún momento, fuimos felices estando cerca.
Tan cerca que incluso dolía.

Dulce dolor y palabras con olor a recién hecho.
Caricias con sabor a cerveza fría, abrazos en la soledad del bullicio,
besos que han desaparecido como pompas de jabón.
Todo recuerdos.

¿Qué nos queda?
Algunas cartas que se convirtieron en ceniza, un puñado de fotos recortadas,
entradas de cine, pétalos de rosas.
Facturas al corazón por valor de 500 noches de soledad.
Y todas las cicatrices en las que algún día -tal vez- se podrá observar cómo fue nuestra historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario